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Diálogos contemporáneos

Diálogos contemporáneos

 

Las artes plásticas en México de las décadas de 1980 y 1990 conformaron un universo complicado por las diversas propuestas que se crearon. Surgieron estéticas, iconografías y estilos minoritarios, sin aspiraciones a conquistar un consenso mayoritario con una fuerte tendencia tanto a la figuración como a la pintura abstracta. Desde una perspectiva sociocultural, estos cambios en el arte surgieron de la mano de aquello que Freud denominó “el malestar en la cultura”, el inexorable antagonismo existente entre exigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la sociedad. A finales de 1970, se marcó el término de la “generación de la Ruptura” cuando los artistas de generaciones posteriores comenzaron a realizar exposiciones individuales hacia una búsqueda completamente estética y no ideológica. Otro momento clave en la apreciación del arte en México sucedió en 1981, cuando se inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo; su colección incluye obras de arte internacional del siglo XX, lo que permitió al público y a los artistas mexicanos la posibilidad de apreciar nuevas y diferentes propuestas contemporáneas.

Fue en los noventa, cuando algunos artistas mexicanos vuelven su mirada a las realidades presentes de su entorno, pero todavía se tiene en la mira expresar el análisis del yo, en medio de una complicada pluralidad colectiva e individual.

Desarticulación de los cuerpos

 

De los artistas que continuaron después de la Ruptura en la experimentación del manejo de la figura en sus composiciones plásticas están Guillermo Ceniceros y Enrique Estrada, quienes manejaron el cuerpo humano con una composición más contemporánea. En la década de los ochenta se abrió de nuevo paso a las individualidades, que paradójicamente habrían de regresar a utilizar el colorido y la iconografía de la Escuela Mexicana, surgiendo así una nueva corriente, el neomexicanismo, que “designa un bad painting nutrido de kitsch urbano, de íconos populares, fantasías oníricas, nostalgia retro y de emblemas nacionalistas; a veces con agitaciones de objetos y símbolos a medio terreno entre el artefacto y el collage.” *

Varios grupos trabajan en paralelo, unos toman la libertad total del uso del color y la aplicación de la pintura. Los anacronismos pictóricos conforman otra constante, que consiste en repetir fórmulas de arte clásico y académico, llevando a cabo una revisión de los grandes maestros de la tradición pictórica occidental y una manifestación obsesiva en la disección del cuerpo humano. Otra parte de las piezas seleccionadas está ligada con la experimentación prolífica con el cuerpo, estando atenta al misticismo, a las antiguas leyendas y a las fábulas. Asimismo, diferentes propuestas se fundamentaron hacia una visión más reflexiva de la sociedad contemporánea.

*Arteaga, Agustín cita a Osvaldo Sánchez. Véase “Rediseñando el pasado, construyendo el futuro” en Un siglo de arte mexicano 1900 – 2000, op. cit., p. 259.

El lenguaje de la materia y el color: narración introspectiva

 

Un alto contenido introspectivo reflejado en una contundente abstracción, con cierto pensamiento poético, mágico y fantasía mística conforma otra de las temáticas de la exhibición. Se distingue por una preocupación del artista en plasmar una visión simultáneamente personal e universal, donde las formas, los colores y la materia expresan la reflexión en torno a la experiencia estética. Estas propuestas tienen una fuerte reminiscencia en el arte de la posguerra; el expresionismo abstracto estadounidense y el informalismo europeo. Los creadores han sabido manejar el color con una extrema conciencia estética, desarrollándose entre la figuración y la abstracción relacionándose con la espiritualidad y la mitología prehispánica e indígena o en leyendas y mitos de la tierra, también en la poesía y literatura latinoamericanas. El diálogo matérico y expresivo con cierto discurso informalista, ha sido también pauta para la creación de diversos artistas. Las formas, la mancha, las texturas y la materia, se conjugan para abandonar todo lo referente a la estructuración preconcebida y racional. Asimismo, diferentes propuestas se fundamentaron hacia una visión más reflexiva de la sociedad contemporánea.

Abstracción y naturaleza exterior

 

En este apartado de la muestra se han reunido un conjunto de obras en las que los artistas han explorado diversas formas de expresión inspirándose en la realidad exterior, recreando diversos pasajes. Las propuestas que se integran son escenarios que, sin duda alguna, representan confrontaciones introspectivas, en las que el artista ha encontrado en la naturaleza una materialización profunda. Como se ha mencionado antes, algunos autores ocuparon lugares destacados en el panorama pictórico de México, mencionaremos a Juan Soriano, el suizo Roger Von Gunten y la inglesa Joy Laville. En propuestas más contemporáneas encontramos a Manuela Generali, Miguel Ángel Alamilla, Miguel Castro Leñero, Sergio Hernández, Roberto Parodi, Mónica Castillo, Yolanda Paulsen y Víctor Guadalajara.

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